En la Declaración sobre la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer (1993), Naciones Unidas expresó su preocupación “por el hecho de que algunos grupos de mujeres, como por ejemplo las mujeres pertenecientes a minorías, las mujeres indígenas, las refugiadas, las mujeres migrantes, las mujeres que habitan en comunidades rurales o remotas, las mujeres indigentes, las mujeres recluidas en instituciones o detenidas, las niñas, las mujeres con discapacidades, las ancianas y las mujeres en situaciones de conflicto armado son particularmente vulnerables a la violencia”.
Es necesario entender las varias “identidades” que se cruzan con el género para ver cómo influyen las posiciones de opresión y privilegio de las que pueden ser víctimas las mujeres por motivos de su raza, estado de embarazo, condición socioeconómica, etcétera. La interseccionalidad es una teoría y metodología de investigación que tiene como objetivo revelar esas identidades y exponer los diferentes tipos de discriminación desventajosa que se producen como consecuencia de su combinación.
Como marco conceptual, la interseccionalidad ha sido utilizada por décadas, emergiendo desde el "feminismo negro". Para algunos, el enfoque tiene antecedentes en Brasil, donde se habla de la tría de la desigualdad (raza, género y propiedad), pero el término suele adjudicarse a una de sus máximas exponentes: Kimberlé Williams Crenshaw, quien lo acuñó en Estados Unidos (en 1989) para examinar cómo operaban desigualdades biológicas y socioculturales (como el sexo, género, orientación sexual, etnia, discapacidad, religión, edad, nacionalidad, etcétera) cuando actuaban entramadas.
Para comprender más sobre el enfoque de interseccionalidad, vea a charla de Kimberlé Crenshaw para TEDWomen 2016. ¡No olvide poner los subtítulos en español!