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Las señoras y la lectura

A partir del año 1915, en Chile se empiezan a gestar clubes de lectura de damas católicas y mujeres laicas, los que se describen a continuación: 

Club social de señoras

En 1915 las damas católicas de la aristocracia santiaguina forman el Club Social de Señoras, agrupación que se distingue de las numerosas instituciones benéficas del siglo XIX por sus fines culturales (su fundadora fue Delia Matte de Izquierdo). Las mujeres de los sectores más acomodados crean este tipo de clubes ya que ven un número creciente de mujeres que se incorporaban a la educación y a la cultura, mientras que ellas, según sus palabras “…apenas conocemos los Misterios del Rosario…”.

Una de sus participantes es Martina Barros, una de las primeras intelectuales chilenas, quien traduce, con el título de “La Esclavitud de la mujer”, la obra «The subjection of women», del filósofo inglés John Stuart Mill, lo que fue recibido con frialdad en este tipo de clubes por estimarse demasiado liberal.

En principio el Club de Señoras buscaba exclusivamente progresos culturales para la aristocracia, sin embargo, hacen suyos ideales democráticos y es así, que en 1917 por influencia de la fracción más joven del Partido Conservador presenta al Congreso Nacional el primer proyecto de ley para dar derechos de ciudadanía a las mujeres.

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Circulo de lectura

Ese mismo año, pero entre las mujeres laicas de las capas medias, se forma el “Círculo de Lectura”. En su fundación y directiva figura Amanda Labarca escritora y educadora y militante radical. Labarca, dirige el periódico del círculo, «Acción Femenina», fue la primera latinoamericana en ejercer una cátedra universitaria e impulsará, en 1932, la creación del Liceo Experimental Manuel de Salas. Se la considera una gran precursora del movimiento femenino en Chile.

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