La “igualdad de remuneración por un trabajo de igual valor” es el principio diseñado para alcanzar la “equidad salarial”, es decir, una remuneración justa.
La equidad salarial implica que trabajos iguales o similares se remuneren igual; y los trabajos que no son iguales, pero que tienen igual valor, se remuneren igual.
Dos personas realizan un TRABAJO IGUAL O SIMILAR deberían recibir la misma remuneración. Esta forma de discriminación es fácil de identificar y remediar.
Dos personas realizan un trabajo de igual VALOR (los cargos reciben distintos nombres, pero hacen lo mismo “aseadora y encargado de aseo” (ambos hacen aseo), pero el nombre se asigna dependiendo del sexo de la persona que lo ocupe, siendo mejor pagados los designados con nombres masculinos. Esta forma de discriminación es difícil de identificar y remediar.